Errores comunes de los padres

Sabemos que la adecuada crianza de un hij@ es la más complicada de todas las tareas como adultos. También damos por hecho que unos progenitores no van a hacer daño a sus hijos adrede.
Sin embargo, me encuentro constantemente en consulta con algunos errores comunes en los padres y con consecuencias nefastas en los hij@s.
Algunas de esas creencias erróneas son:
1.- Los hijos no deben cuestionar ni llevar la contraria a los mayores.
Hay que enseñar a los hij@s a que piensen por sí mismos y sólo de esta forma serán más sanos mentalmente. Esto es más molesto, es cierto, ¡pero es la única manera de que tu hijo cobre confianza y fuerza!
Me gusta preguntar a los padres:
Si estás tan seguro de que tienes razón, ¿por qué te pones tan nervioso cuando tú hij@ se rebela? Aconseja a tu hijo una o dos veces y luego cállate. A partir de ahí lo que le ocurra será responsabilidad de él no tuya. Esto no es fácil, lo sé, pero es lo que hay que hacer. No atosigues demasiado a tu hijo rebelde y déjale que asuma las consecuencias naturales de sus decisiones o de su falta de ellas. Cuando llegan a la adolescencia su principal tarea es cuestionar todo lo que se le ha dicho anteriormente. ¡Déjalos que lo hagan! Es la única forma de que vayan creando sus vidas con sus dificultades.
2.- No se deben frustrar a los hijos.
No hay peligro más grande que este. Padres empeñados en que sus hijos no sufran hasta límites insospechados. ¡Déjalos que sufran! Pero enséñales a soportar las contrariedades de la vida. Enséñale a no huir, a que se mantenga firme y no flaquee sólo porque duela. Enseña a tu hij@ a vivir con algunas frustraciones durante periodos limitados de tiempo adecuados a su edad. Si no lo permites, no podrán hacerse fuertes en la vida.
3.- Son los hijos los que tienen que calmarse primero y luego los padres.
Los hij@s no lo van a hacer todo bien, al igual que tú, como progenitor tampoco. Es poco realista exigirles a ellos que logren un nivel de autocontrol que los padres no han logrado. Esto es como poner el carro delante del caballo. Domínate primero y luego exígeselo al menor. Cuando los padres hacen depender su conducta serena de lo que hacen sus hijos, es fácil que los  ataquen. Los hijos no nos trastornan, solamente nos FRUSTAN. Ellos tienen más derecho a comportarse de manera neurótica porque ellos son los niñ@s y ellos también tienen más dificultad en volver a la estabilidad que nosotros que somos los adultos. Esta premisa ayudará a evitar los castigos extremos basados en el descontrol de los padres: “un mes sin salir de tu cuarto solo para comer e ir a clase”. Por otro lado también se evita el culparlos injustamente. Esta es la acción más neurótica de todas y como tal, la que peor efecto tiene sobre los prometedores futuros de nuestros hij@s. Los sentimientos de culpa o complejos de inferioridad están a la base de la mayoría de las depresiones y ansiedades y comienzan a forjarse desde la infancia.
Estefanía López.

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Estefanía López Mora - Doctoralia.es